Representación de los signos solares astrológicamente – Parte III
GÉMINIS
Signo de Aire. Simboliza a Castor y Pólux, los Gemelos Celestes que expresan la sabiduría que discierne, la fuerza que realiza lo que el intelecto concibe. Es la lira de Apolo y la maza de Hércules, o sea, el entendimiento y la armonía. En la noche, los Espíritus se iluminan en armonía con las flores que se abren.
El esoterismo de Géminis es el Misterio de las ALMAS GEMELAS. Sólo los seres que verdaderamente están evolucionados espiritualmente están capacitados para reconocer a su Alma Gemela.
Es el Raciocinio y la Intuición, simbolizados en la Osa Mayor y la Osa Menor. En un aspecto superior de la INICIACIÓN, son los Sentidos del Alma, que encienden y mantienen la Luz de la Mente Subliminal. El Caduceo de Mercurio con sus dos serpientes entrelazadas simboliza la Sabiduría de lo Divino y el conocimiento de lo material.
En la Astrología Hermética se dice que Géminis será el Signo que revele a la humanidad EL MISTERIO DEL SUBCONSCIENTE, y que regirá por dos mil años. Es la teología contra la filosofía. En el cuerpo humano es la respiración, el principio de vida que comunica lo interior con lo exterior. Al ser el primer Signo del Zodiaco con figura humana simboliza las incertidumbres, temores y dudas del hombre, a través de una aguda sensibilidad y de un extraño nerviosismo que captan un mundo de impresiones. El berilo aviva el brillo en la mirada.
CANCER
Signo de Agua. Simboliza la santidad del hogar entre el amor de la esposa y de los hijos. Es la Segunda Gran Puerta de la Naturaleza por donde entra el verano, la estación que celebran los masones con su Solsticio, cuando los días son más largos y una oleada de vitalidad desciende sobre la Tierra. Es Sin, el Dios Lunar de los babilonios, el Padre de Ishtar. Cáncer concede la imaginación genial, el poder predictivo y la adivinación. Otorga la revelación al místico y al religioso que bucean con sinceridad y orden en lo divino.
Da la claridad moral y la percepción exacta en los Misterios del Espíritu. Es Sirio y Procion, los dos perros de la canícula. Es el Avalar de Jesús en su bautismo en el Jordán por las manos de Juan. Es la savia que da vida a los vegetales. Es la purificación por medio del agua en las ceremonias religiosas. Bajo Cáncer nada se precipita y su trabajo siempre es abundante. Es el amor a la patria, al terruño, a las costumbres, a los mitos y leyendas. Es la Hidra de Lerna que por cada cabeza decapitada brotaban dos. Es el Cangrejo que pica a Hércules. Son los pantanos de la época mítica de los Misterios de Melquisedec. Son las fogatas de san Juan en la noche misteriosa del 24 de junio. Es la imaginación exploradora en el campo del espíritu. El nativo de Cáncer escucha la voz de las aguas, en los rumores del río oye el mensaje del más allá, y en las olas del mar, el canto de las sirenas.
En las aguas tranquilas de los lagos percibe el rumor dormido de los amores idos. . .
En las cataratas, en las cascadas, en los arroyos, en las lagunas, dondequiera que haya agua, siente el hechizo inefable del espíritu lunar que las anima.
El agua tiene para el nativo de Cáncer extrañas melodías, singulares sonoridades, indescriptibles armonías que lo envuelven en las gasas sutiles de una imaginación romántica, soñadora, poética y lo transporta a planos de exquisita belleza, de maravillosos paisajes plenos de luz y de encanto.
Es la noria que gira y gira y hace bajar y subir sus cubos para recoger el agua y luego volcarla para el riego.
Cáncer da placidez emocional, fluidez y pureza en la expresión e inicia en preciosos misterios. . .
Su piedra preciosa, la esmeralda, fortalece la memoria, produce elocuencia y da el conocimiento del futuro.