Representación de los signos solares astrológicamente – Parte V

LIBRA

Signo de Aire. Simboliza la armonía que debe reinar en todo, en el hogar, en el trabajo, en las relaciones, en la sociedad, en las naciones y en las religiones. Vivamos en armonía con la vida.

Es la Balanza de Hermes que pesa el ritmo de la gestación a través de la Luna. Y en el Paso Serpentino de los signos, Libra es embellecer, armonizar y avivar el amor. Da un intelecto artístico, una sensualidad refinada y un sentido de recta justicia. Faculta para percibir los secretos y las confabulaciones. Da el equilibrio moral. Rige el matrimonio con su aura de amor y comprensión. Es el alma en los mitos de Psique y Eros. Es el ETERNO FEMENINO. Es el AMOR PURO que inspiró Adonis a Venus, y de la cual brotó la anémona, la flor creada de la sangre de aquél y de las lágrimas de ésta. Los platillos de la balanza son los dos riñones en el cuerpo.

Libra es la tercera Gran Puerta de la Naturaleza, la del Equinoccio de Otoño, en donde se levantan las cosechas, cuando hay abundancia de frutas y se celebra la vendimia y se exhiben los mejores racimos de uvas. Los dos platillos de la balanza, uno activo y el otro estático, simbolizan el oleaje social en todas sus manifestaciones que a veces sube y en otras baja. El platillo estático es la usurpación, es la tiranía y la labor solapada de los crímenes, vicios y faltas. Es la distracción y la separación, y la alteración. Libra conduce al hombre a la guerra. El otro platillo, el activo, simboliza la exaltación de los poderes humanos. Vence al temor y aviva la caridad. Es la cumbre de la vida social, por la cultura, el refinamiento, el buen gusto, el arte y la amistad. Es la pulcritud.

Su piedra preciosa, el diamante, estrecha los afectos y apresura el matrimonio.

ESCORPIO

Signo de Agua. Simboliza el misterio del sexo y de la muerte. En el primero aviva la llama de la lujuria, provoca los abortos y los partos peligrosos, hace brotar el instinto primitivo en el hombre por el sexo, precipita a la mujer en el abismo de la prostitución. Y en el segundo señala la clase de muerte que ocurrirá según el signo y el planeta que caigan en la Casa VIII. En el instante del espasmo se pierde vitalidad en el semen que sale y se pierde también la conciencia e individual, habiendo por esto una semejanza con la muerte.

En Escorpio se une la GRAN POLARIDAD de la Vida y de la Muerte, pues por un lado está el poder absoluto creador del espermatozoide que fecunda el óvulo femenino y da principio a la vida intrauterina v por el otro extremo está la Muerte que llega en el preciso instante decretado por los designios de lo Alto.

Es uróboros, que se muerde la cola, como símbolo del principio y del fin, del Alfa y del Omega, a través de la Vida y de la Muerte.

Es el desorganizador cósmico. Es la insubordinación y el individualismo furioso. Es la rebeldía ante toda sumisión.

La tónica de Escorpio es el sexo. Por él vive, palpita y vibra. El uso normal, medido, de él, prolonga y regula la vida;

Pero el abuso de él provoca la muerte. Escorpio, positivo, establece una relación entre lo humano y lo cósmico, porque allá arriba, la fuerza creadora universal siempre está activa, y aquí abajo, la humanidad incesantemente se está perpetuando a través del sexo. Puede haber control de abstinencia en otros aspectos, pero en lo que se refiere a la abstinencia sexual, casi no lo hay, porque el grito de la carne es terrible y sólo unos cuantos pueden apagarlo. Por esta razón, en la actualidad (1965), el problema demográfico presenta un aspecto pavoroso en todo el mundo.

Sus piedras preciosas, el topacio y también el ópalo, tienen influencias distintas. El primero tiene el poder de ahuyentar los malos espíritus y el segundo de separar a los amigos y de acabar con los afectos. Tanto el ópalo como el topacio conviene montarlos rodeados de diamantes y rubíes, para nulificar sus malas influencias.

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